Historias de un pasado (IV)

30/1/10
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Era un día normal… un día como cualquier otro, pero con una diferencia: ese día, al fin se haría público el gran secreto. Era el día de la inauguración del Ra, el calentador atómico, más grande y eficiente jamás construido. A último momento fue llamado Ra, como el antiguo dios egipcio del sol.

Todos los ciudadanos se reunieron en la plaza, donde se llevaría a cabo la revelación y la ceremonia de inauguración del Ra. Los rumores se expandían por toda la plaza y el bullicio no permitía aclarar las ideas. Finalmente, por el balcón del Primer Edificio, salió el gobernador y se hizo el silencio en la plaza.

Después de casi 45 minutos de palabras “inspiradoras”, el gobernador hizo el solemne anuncio, seguido de la exclamación y los comentarios de cada uno de los pobladores que hacían que retornara el bullicio. Nadie creía que fuera posible algo similar, pero entonces se dio la orden de encendido y… no sucedió nada… pasaron varios minutos y la gente empezaba a molestarse cuando empezaron a notar, que sus pesados y gruesos abrigos, les producían calor. Al fin el Ra esta a media potencia y la gente estallo en gritos de júbilo y alegría. Ese día, todo fue celebración. Todo iba bien. Nada podría estar mal.
Pero esa noche en la entrada del centro de control de energía del Ra, se recibió una tonelada de uranio sin refinar… 5 veces más, de la que debía de haberse recibido en una entrega normal.

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Los pasos de alguien resonaban por el pasillo que antecedía a la gran sala. Cuando el sujeto entro Lecias estaba sentado en medio de la gran sala con los las piernas cruzadas, los puños unidos y los ojos cerrados.

- ¿Que quieres? – pregunto el joven antes de que el hombre se anunciara.

- Lo siento maestro…

- ¡Cuantas veces…! – interrumpió molesto el joven. Seguía molestándole que lo respetaran tanto.

- Muy bien… Lecias…

- Así está mejor… ¿que quieres?

- Tenía que preguntarle… ya casi esta todo por hacer; en unos días está programada la ejecución del plan… pero aun no tengo idea de con cuantos hombres cuento para esta misión. Tal como lo veo, tendremos muchos problemas… necesitaremos muchos… y… - Lecias lo interrumpió.

- Tendrás los necesarios… ni más, ni menos…

- ¡Pero…!

- ¿Acaso dudas de mi capacidad de planificación?… - Lecias movió la cabeza y miro fijamente al enmascarado – en primer lugar, montero, tu no estás al mando de la misión en la cúpula fría 3; en segundo lugar, no tengo el deber, ni quiero darte explicaciones de mis decisiones… y en tercer lugar… - medito un momento… y expreso su diversión con una gran sonrisa – no se me ocurre nada mas, así que por favor retírate.

Diego Montero abandono el lugar y regreso a la cúpula… no tenia mas opción… igual que siempre tendría que actuar por su cuenta… pero esta vez no era como las otras misiones… esta vez, el no podía actuar solo, sin saber en cuantos podía confiar…



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Vale, al fin completo con la secuencia que llevo en la publicacion atravez de facebook... y ahora, las publicaciones las hare simultaneas... y ya que aqui cada publicacion se ve mas corta de lo que parece, tendre que escribir mas y mas rapidamente... jolin... esto es horrible... jajajaj... bueno, que pasen un buen dia!


1 comentarios:

Josefina dijo...

queeeeeeeeeeeee? es feo lo que viene, para quien para lecias?
esto huele a mas misterio... publica mas rapido por que ya me volvía adicta a esta historia... abrazo grandoteeeeeeeeeeeeeeeeee de felicidad para que agilices tus dedos y tu gran imaginacion

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